Nikola Tesla, una mente prodigiosa nacida en Smiljan, Imperio Austrohúngaro (hoy Croacia) el 10 de julio de 1856, fue un visionario cuyo impacto sigue resonando en la actualidad. Cuando contaba tres años vivió un episodio que marcaría la dirección de su vida: mientras acariciaba el lomo de su gato, el roce de su mano produjo una lluvia de chispas y quiso averiguar cuál era el motivo. Se lo preguntó a su padre y este, un sacerdote ortodoxo, le explicó que se trataba del mismo fenómeno que ocurría en los árboles durante una tormenta: la electricidad. Desde aquel momento y hasta el día de su muerte, Nikola Tesla dedicaría su vida a resolver aquel misterio.
Con sólo 17 años, el joven Nikola enfermó gravemente de cólera y estuvo a punto de no recuperarse. Su padre le prometió que una vez restablecido le enviaría a la mejor escuela de ingeniería que hubiera, el deseo más fervoroso del joven. Tras recuperarse y entrar en el ejército, en 1875, Tesla comenzó sus estudios en la Universidad Politécnica de Graz, en Austria.
A pesar de ser un estudiante destacado, Tesla abandonó la escuela politécnica para embarcarse en una carrera que lo llevaría a trabajar para Continental Edison Company, donde se sumergió en el mundo de la iluminación eléctrica y motores. Su deseo de conocer en persona a Edison lo llevó a emigrar a Estados Unidos en 1884, una decisión que marcó el inicio de su fascinante trayectoria.
En suelo estadounidense, Tesla se encontró con una oferta de $50,000 para resolver problemas de ingeniería, solo para descubrir que todo había sido una broma cruel. A pesar de este revés, Tesla no se rindió y forjó una asociación comercial que llevó a la creación de Tesla Electric Light and Manufacturing. Sin embargo, la traición de sus socios lo dejó sin propiedad intelectual, marcando una etapa desafiante en su vida.
A pesar de los obstáculos, Tesla no claudicó y, con el respaldo de nuevos inversores, fundó Tesla Electric Company. En su laboratorio en Manhattan, desarrolló el motor de inducción de corriente alterna, superando desafíos técnicos previos. Este logro llevó a acuerdos de licencia con Westinghouse Company, estableciendo a Tesla como una figura influyente en el mundo de la tecnología eléctrica.
Durante las siguientes décadas de innovación, Tesla obtuvo la patente nº 1.266.1757, revolucionando el diseño de la protección contra rayos. Su terminal de metal con una abertura inferior, conectada a un conductor que se extendía hasta el suelo, desafiaba el modelo de pararrayos con terminal puntiaguda, prometiendo mayor eficiencia y seguridad.
En conmemoración del aniversario de la muerte de Nikola Tesla el 7 de enero de 1943, reflexionamos sobre su legado que aún perdura en nuestro producto estrella, el CMCE. Este sistema captador pasivo de SERTEC, basado en años de experiencia y nuevos materiales, ha evolucionado para ofrecer una protección avanzada contra fenómenos atmosféricos.
El CMCE de SERTEC, con sus múltiples compensadores, genera un escudo protector al desionizar y equilibrar continuamente los efectos de los fenómenos atmosféricos. Su principio de funcionamiento, inspirado en la estabilización del campo eléctrico, neutraliza trazadores ascendentes y canaliza las cargas eléctricas a tierra de manera segura.
En conclusión, el legado ingenioso de Tesla persiste a través del tiempo, sirviendo como fuente de inspiración para innovaciones como nuestro CMCE. Al honrar su memoria, seguimos explorando soluciones más eficientes y seguras, iluminando el camino hacia un futuro donde las tecnologías desafíen los límites y protejan contra las fuerzas de la naturaleza. Tesla, el pionero, continúa guiándonos hacia un horizonte más seguro y brillante.
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