TESLA TIENE NUEVO PARARRAYOS SIN PUNTA
Desde que Benjamín Franklin introdujo el pararrayos más de cien años atrás, su adopción como medio de protección contra descargas atmosféricas destructivas tales como rayos de tormenta ha sido prácticamente universal. En una reciente conversación sobre el tema de protección contra rayos, el Dr. Nikola Tesla de Nueva York menciona muchos hechos interesantes que no son generalmente conocidos, sobre la eficacia real del pararrayos ordinario instalado en casas, graneros y edificios públicos en todo el mundo.
Dice el Dr. Tesla, “la eficacia del pararrayos ordinario está hasta cierto punto incuestionablemente establecida a través de registros estadísticos, pero hay, no obstante, una singular falacia teórica generalmente prevalente con respecto a su operación, y su construcción es radicalmente defectuosa en una función, específicamente su terminal típica puntiaguda”. En su nueva forma de pararrayos protectores y terminales aquí ilustrados, Tesla evita todas las puntas en las partes metálicas apuntando hacia el cielo, y usa una forma y disposición de terminales enteramente diferentes.
Se cree popularmente que al permitir que haya fuga en el aire, el pararrayos con forma de aguja cumple dos funciones: una, drenar la tierra de su carga negativa, la otra, neutralizar la electricidad positiva de las nubes. En cierto modo, hace ambas cosas. Pero un estudio sistemático de perturbaciones eléctricas en la tierra ha evidenciado palpablemente que la acción del conductor de Franklin, como se interpreta comúnmente, es mayormente ilusoria. La medición real prueba que la cantidad de electricidad que escapa aún de muchos puntos, es enteramente insignificante si se la compara con la inducida dentro de un área terrestre considerable, y que no está en el proceso de disipación. Pero es cierto que el aire cargado de forma negativa en las cercanías del poste, que se convirtió en conductor a través de la influencia de aquél, facilita el pasaje del rayo. Por lo tanto aumenta la probabilidad de una descarga por rayo en las cercanías. Los hechos fundamentales bajo este tipo de pararrayos son: primero, atrae el rayo, de manera que será alcanzado más a menudo de lo que sería alcanzado el local si no estuviera presente el pararrayos; segundo, vuelve inofensivas la mayoría de, pero no todas, las descargas que recibe; tercero, al hacer que el aire se vuelva un conductor, y por otras razones, es a veces la causa de daño a objetos vecinos; y cuarto, en general, su poder de prevenir heridas predomina, más o menos, por sobre los riesgos que invita.
En contraste, el nuevo protector contra rayos de Tesla está fundado en principios diametralmente opuestos. Su terminal tiene una superficie grande. Asegura una muy baja densidad y preserva las cualidades aislantes del medio ambiente, minimizando así las fugas, y actuando como un cuasi-repelente para aumentar enormemente el factor de seguridad.
Un entendimiento de una parte de las verdades relativas a descargas eléctricas, y su mala aplicación debido al deseo de más apreciación, sin duda ha sido responsable por el hecho de que los pararrayos Franklin hayan adquirido su forma puntiaguda tradicional, pero las consideraciones teóricas, y los importantes descubrimientos que se han hecho en el curso de investigaciones con un transmisor inalámbrico Tesla de gran actividad, por el cual fueron obtenidos arcos de un volumen y tensión que realmente son comparables a aquellos que ocurren en la naturaleza, inmediatamente establecen la falacia de la noción que prevalece hasta la fecha, sobre la cual está basada el tipo de pararrayos Franklin y muestra la distintiva novedad de su nuevo protector contra rayos.
Estimaciones prácticas de las cantidades eléctricas implicadas en perturbaciones naturales muestran, además, cuán absolutamente imposibles son las funciones atribuidas al conductor de rayos puntiagudo. Una sola nube puede contener varios billones de unidades eléctricas, o más, induciendo en la tierra una cantidad equivalente, que un número de pararrayos no podrían neutralizar en muchos años. Particularmente con respecto a condiciones que deben ocurrir, se debe hacer referencia a un caso real (en 1904) donde aparentemente en una ocasión aproximadamente 12.000 golpes ocurrieron en un lapso de dos horas, todos dentro de un radio de menos de 31 millas desde el lugar de observación.
Pero aun cuando el pararrayos con punta no es efectivo al respecto mencionado, tiene la propiedad de atraer rayos a alta escala –primero, por causa de su forma, y en segundo lugar porque ioniza y convierte el aire alrededor en conductor. Esto ha sido incuestionablemente establecido en pruebas largas y continuas con el transmisor inalámbrico de Tesla arriba mencionado, según lo afirma el inventor, y en esta función se halla la principal desventaja del tipo de protector Franklin.
En las figuras A y B se ilustran diferentes formas de terminales de densidad baja y la disposición de los mismos. En la figura A, hay una carcasa de molde o metal invertido de contorno elipsoide, que tiene bajo su costado una manga con una cobertura de porcelana u otro material aislante, adaptada para ser ajustada firmemente a un pararrayos metálico, que puede ser un conductor ordinario de rayos. La figura B muestra otra forma de terminal hecha con barras metálicas chatas o redondeadas que irradian de un punto central, apoyado directamente en un pararrayos metálico y en contacto eléctrico con el mismo. El objetivo especial de este último es reducir la resistencia del viento, pero es esencial que las barras tengan un área suficiente para asegurar una pequeña densidad electroestática, y también que estén lo suficientemente cercanas para hacer que la capacidad agregada sea casi equivalente a la de una carcasa continua de las mismas dimensiones externas. La vista general de la propiedad muestra un domo metálico con forma de cúpula y conectado a tierra, transmitido por una chimenea que sirve de esta forma con el doble propósito práctico de toldo y protección.
Por lo arriba expresado, queda claro que en todos los casos la nueva terminal Tesla previene la fuga de electricidad y la ionización del aire. Es inmaterial para este propósito si está aislada o no. Si fuera alcanzada por un rayo, la corriente pasaría fácilmente a la tierra, ya sea de forma directa o, como en la Figura A, a través de un pequeño agujero de aire. Pero tal accidente es extremadamente improbable debido a que hay puntos y proyecciones en múltiples partes sobre las que la carga terrestre alcanza una densidad alta y donde el aire es ionizado. Así que la acción del protector mejorado es equivalente a una fuerza repelente. Siendo esto así, no es necesario apoyarlo a una gran altura, pero la conexión a tierra debería ser realizada con el cuidado habitual y el conductor que lleva a la misma debería ser de una inducción y resistencia propia tan pequeña como sea posible. Tesla ha obtenido una patente para este nuevo protector contra rayos.
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